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SEVILLA ’87: BAJO EL SÍNDROME DE LA TRAICIÓN
Después del tercer match, y tras haber renovado el título mundial, Kasparov siguió desplegando una gran actividad. Su primer objetivo era conseguir que su candidato, el brasileño Lincoln Lucena, ganase las elecciones a la presidencia de la FIDE. Su enfrentamiento con Campomanes era total y absoluto. De nuevo, pidió apoyo a la Federación Soviética, pero ésta se alineaba con Campomanes, lo que significaba que los países de Europa Oriental, bajo la órbita de la URSS, también lo votarían, así como los países árabes y muchos de los pequeños países que habían llegado a Dubai con el viaje de sus jugadores y delegados financiado por los organizadores de la Olimpiada y el Congreso. La situación era tan evidente que Lucena retiró su candidatura.
Pero el hiperactivo campeón mundial tenía otros proyectos.
Para empezar, publicó su libro Child of Change (El hijo del cambio, en la edición española), la más vergonzosa autohagiografía que un ajedrecista haya jamás escrito. En España, el libro fue un fracaso comercial. José Manuel Lara, el propietario de Planeta, confesó que, junto con las memorias de Svetlana Stalin, había sido su mayor error editorial. El prestigioso periodista holandés Tim Krabbé tituló su reseña del libro Child (Niño). Veamos un extracto de la misma:
Lo que no consiguió Karpov a lo largo de sus veinte años de notoriedad pública, lo consiguió Kasparov con un solo gesto: inspirarme simpatía por aquél. Sí, lo consiguió con su reciente autobiografía Hijo del Cambio, que constituye un ejemplo extremo de autodifamación.
(…)
Hasta que llegó Kasparov. Con éste las cosas quedaron claras desde el principio: “El director preguntó a mi profesor: ‘¿Es un chico normal?’ El profesor respondió: ‘Sí, es normal, simplemente, sabe mucho.’ A los ocho años era el mejor de su clase en retener cuentos de hadas. No mucho más tarde podía leer cientos de páginas y recorrer a caballo cincuenta kilómetros por hora. Su maleta “nunca deja de guardar material de lectura de alto nivel”, y en El Escorial “puso en apuros al cicerone por tener más conocimientos que él”. Sin embargo, y en lugar de quedarse atónito por sus hazañas, el mundo del ajedrez fraguó una conspiración contra su ascenso a la cumbre. Calificar a esta descripción de intento de destruir al enemigo sería un eufemismo: no sólo Kasparov es el campeón más joven de la historia, sino también el más infantil.
(…)
Henos aquí, inesperadamente, ante una trágica imagen, la de un joven genio soviético que, cegado por el falso brillo y el glamour, encaramado a la perestroika, permite que su talento sea corrompido y él mismo explotado por un puñado de capitalistas implacables.[1]
En una entrevista de 1988 Spassky también se refirió al libro, respondiendo a una pregunta sobre el que él estaba escribiendo: No tiene sentido escribir un libro así por dinero, pues está muy mal pagado. Nadie va a pagarte decentemente. Si quieres escribir un libro de calidad, necesitas tiempo. Yo tengo muchos recuerdos, puesto que durante mi carrera ajedrecística me he encontrado con mucha gente interesante, pero no me gustaría escribir un libro como, por ejemplo, el de Kasparov (El hijo del cambio), que no es un libro, sino auténtica basura. Si fuese campeón del mundo, pagaría al menos un millón de dólares por hacer desaparecer esa basura.[2]
En segundo lugar, creó en Dubai la Grandmaster Association (GMA), una organización concebida para mejorar el estatus de los mejores grandes maestros. Los miembros fundadores fueron: Gary Kasparov, Anatoly Karpov, Jan Timman, John Nunn, Lajos Portisch, Ljubomir Ljubojevic y Yasser Seirawan, anunciando la creación de un circuito de torneos de élite, que se llamaría World Cup (Copa del Mundo), patrocinada por la firma Swift, una multinacional de telecomunicaciones.
En diciembre de 1986, Kasparov ganó el torneo OHRA en Bruselas y jugó dos simultáneas con reloj: una contra los mejores del Club de Hamburgo, a quienes derrotó por 7-1, y la otra contra los integrantes del equipo nacional suizo, venciéndolos por 5,5-0,5.
A las ofertas de Doha (Emiratos Árabes Unidos) y Seattle, la FIDE prefirió la de Sevilla, ciudad luminosa y atractiva, que preparaba numerosos eventos de cara a la EXPO-92.
Unos meses antes del match salió a la luz un turbio asunto, relacionado con Dorfman. Un tal Feldman le informó a Kasparov que durante el primer match Dorfman le había vendido información sobre preparación de aperturas, análisis de posiciones aplazadas, repertorio y demás, a efectos de apuestas. Según él, le habría pagado en cada caso entre 150 y 200 rublos por la información. Ahora Dorfman le estaba presionando, pidiéndole mayores cantidades. Kasparov llegó a la conclusión de que tal información había llegado también a manos de Karpov. Más tarde, Adrian Mijalchishin, que había sido entrenador de Karpov durante los dos primeros matches, declaró, sin embargo, que ninguna información técnica había llegado al campo de Karpov en ese tiempo y que, en realidad, lo que sí había habido era un trasvase de información en sentido contrario, puesto que la esposa de uno de los segundos de Karpov habría filtrado detalles de su preparación.
Como, al parecer, Feldman había contactado de nuevo a Dorfman para restablecer su negocio, de cara al segundo match, y no llegaron a un acuerdo, Dorfman contactó, en septiembre de 1985, a Gennadi Rzaev, uno de los principales apoyos de Kasparov y responsable de Deportes de Azerbayán, angustiado, porque, según él, había recibido amenazas de muerte. Rzaev le aconsejó que le asegurase a Feldman que colaboraría, a fin de ganar tiempo, pidiéndole, a cambio, que le gestionase a Dorfman un apartamento en Moscú.
Resultó que el tal Feldman no era un mafioso de poca monta. Se presentó de nuevo ante Kasparov y le mostró una carta del Comité de Deportes, en la que se pedía a Kostenko, alcalde de Moscú, toda su colaboración para ayudar a Dorfman a trasladarse a Moscú. Rzaev informó de esto a Litvinov, responsable de Deportes en el KGB de Azerbayán, y éste comprendió que en el asunto intervenían altos poderes, así que informó en consecuencia a sus superiores, quienes archivaron el dossier como altamente confidencial.
A la vista de estos acontecimientos, Kasparov pensó en despedir a Dorfman, pero Litvinov se lo desaconsejó, tal vez teniendo in mente la sibilina idea de producir contrainformación. Nunca quedó claro el propósito ni la realidad de la trama mafiosa.
En el equipo del campeón no figuraban ya Vladimirov ni Timoshenko. Ahora lo integraban Alexander Nikitin, Iosif Dorfman y Alexander Sajarov, con los recién incorporados Zurab Azmajparashvili y Sergei Dolmatov.
En Sevilla, ambos contendientes se instalaron en sendos chalets de lujo. El campeón vivía en el suyo con su madre y los responsables de seguridad, mientras que sus analistas eran alojados en un hotel.
Por su parte, Karpov, que se había casado en segundas nupcias con Natalia Bulanova, una novia de su juventud, se instaló en el chalet con todos sus segundos, su jefe de delegación, Saryapin, y el coronel del KGB, de toda su confianza, Vladimir Pitschenko, como jefe de seguridad.
El match se jugaría en el Teatro Lope de Vega, a 24 partidas, y en caso de empate, el campeón conservaría el título. El árbitro principal era el holandés Geurt Gijssen.
El 10 de octubre se celebró la ceremonia de apertura y el sorteo de colores. Karpov llevaría blancas en la primera partida, que se jugó en la señalada fecha del 12 de octubre. Tablas. En la segunda, Kasparov abrió con 1.c4, pero Karpov estaba bien preparado e introdujo la novedad 9…e3!?. Kasparov pensó durante 81 minutos antes de responder 10.d3, cayó en serios apuros de tiempo y, para colmo, en la jugada 26 se olvidó de pulsar el reloj. Cuando se dio cuenta de su error, apenas le quedaban veinte segundos para 14 jugadas, cometió varios errores y perdió.
Kasparov ganó la cuarta partida. En la quinta, Karpov planteó una nueva idea en la Defensa Grünfeld, que pasaría a conocerse como Variante Sevilla, y ganó. 2-3.
Después de la octava partida, el marcador señalaba un empate: 4-4.
En la undécima, de nuevo se planteó la Variante Sevilla. Kasparov logró ventaja y se impuso, adelantándose, por primera vez en el match: 6-5.
Kasparov perdió la 16ª, con blancas, y el tanteo se igualó de nuevo: 8-8.
Numerosas celebridades del ajedrez estaban presentes en Sevilla, bien como comentaristas o corresponsales, bien como invitados de honor, entre ellos Mijail Tal, Miguel Najdorf, Viktor Korchnoi, Ljubomir Ljubojevic, Ulf Andersson, Gennadi Sosonko, Ulf Andersson y Román Torán, entre otros.
El match estaba siendo ampliamente cubierto por los medios de comunicación españoles, en particular por TVE (Leontxo García), que informaba diariamente del desarrollo de la partida, junto con algunas entrevistas o colaboraciones especiales a cargo de Eduard Gufeld y Ricardo Calvo.
Las partidas 17ª a la 22ª finalizaron en tablas.
En la 23ª partida fue Karpov quien abrió el juego con 1.c4. La partida se aplazó en la jugada 40 y en la reanudación Kasparov cometía un error que le costó el punto. El aspirante lideraba 12-11 y sólo necesitaba un empate en la última partida para recuperar el título mundial.
El campeón, por el contrario, necesitaba el punto entero para salvar su corona.
KARPOV – KASPAROV
Sevilla (23ª), 16.12.1987
Apertura Inglesa (A34)
(…)
La 24ª partida (Kasparov con blancas) evolucionó a un ritmo pausado, contrariamente a lo que se esperaba, pero el campeón alcanzó una buena formación de ataque y, aunque ambos rivales cometieron errores, Karpov fue quien cometió el decisivo. Kasparov había salvado el título mundial al sonar el gong.
KASPAROV – KARPOV
Sevilla (24ª), 18.12.1987
Apertura Inglesa (A14)
(…)
El público español presenció en televisión, muy emocionado, el intenso intercambio de golpes, a ritmo de blitz, en la última fase de la partida, en plenos apuros de tiempo. Incuso pudimos ver un post mortem en directo, en el que se pudo apreciar la entereza de Karpov, manteniendo el tipo a pesar que había dejado escapar el título en la última partida.
Del fondo total de premios (2.280.000 francos suizos), Kasparov y Karpov sólo percibieron 137.000 cada uno, más una cantidad similar en rublos. Como ciudadanos soviéticos debían entregar el 80% de su premio al Comité de Deportes.
[1] Child, Tim Krabbé. New in Chess 8/1987.
[2] I Like to Play with the Hands, entrevista con Dirk Jan ten Geuzendam. New in Chess, 1988/7.
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