ajedrez, mayo 14, 2011

UN PROFESIONAL DEL PÓQUER

Del libro DINAMISMO Y CÁLCULO EN AJEDREZ, por A. Gude, que será publicado en septiembre próximo.

Un profesional del póquer
Alexander Grischuk pertenece a la generación de Paco Vallejo y, con sólo 27 años, tiene ya una larga carrera a sus espaldas.
Nació en Moscú, en 1983, y está casado con la también ajedrecista (y GM) ucraniana Natalia Zhukova.
Ha sido campeón de Rusia en diversas categorías juveniles, y en 2000 consiguió sus primeros éxitos internacionales, al ganar el prestigioso torneo Young Masters de Lausana y lograr la medalla de bronce de su tablero en la Olimpiada de Estambul.
En el Mundial de Nueva Delhi de ese mismo año causó sensación, al ganar sus cinco primeras eliminatorias y ser derrotado sólo en la semifinal por una estrella del calibre de Shirov. Kasparov vaticinó entonces que «pronto veríamos al joven Grischuk en las filas de la superelite». También en 2000, año muy importante para él, consiguió el título de GM con sólo 17 años.
Al año siguiente quedó ya perfectamente integrado en la elite, y en la Copa de Europa de clubes dio un tremendo varapalo al GM Evgeni Bareev, por entonces uno de los mejores del mundo.

Grischuk-Bareev
Panormo 25.9.2001
(…)

En 2006 se proclamó campeón mundial de Blitz.
En 2007 ganó la Final de Candidatos a Sergei Rublevsky (5,5-3,5), lo que le permitió tomar parte en el Mundial de México del mismo año.
En 2008 compartió el primer puesto (con Radjabov y Jakovenko) en el Grand Prix de Elistá.
Una de las mejores partidas de aquel año fue la que sigue (Cheparinov-Grischuk, Bakú 21.4.2008)
(…)

En 2009 consiguió un gran éxito, al ganar el supertorneo de Linares, empatado con Ivanchuk, y también al proclamarse campeón de Rusia (con 6,5 de 9).
Fue 2º en Linares 2010, a medio punto de Topalov, el vencedor. Conquistó, además, la medalla de oro en el Mundial de equipos nacionales, y, defendiendo nada menos que el primer tablero, aportó 4,5 puntos en 7 partidas.
Grischuk ha conseguido un estilo muy armonioso y equilibrado. En sus comienzos, sus partidas eran abiertamente tácticas, sin un control deliberado del riesgo. En los últimos años, sin embargo, ha evolucionado hacia un ajedrez más maduro, y algunas de sus victorias parecen puramente posicionales, por ejemplo la partida que le ganó a Gelfand en Linares 2010, con un ataque incisivo, pero basado en el control de las casillas negras.
En su intensa carrera, Grischuk parece haber seguido, con cierta indolencia filosófica, la consigna que su entrenador, Anatoli Bijovsky, le inculcaba en cada torneo: «Juega lo mejor que sepas y ya veremos qué pasa». Eso no impide, sin embargo, que se sienta especialmente estimulado cuando la adrenalina se le dispara, lo que, según sus propias declaraciones, le hace jugar su mejor ajedrez.
Es también un profesional del póquer, donde parece tener tanto éxito como en ajedrez, lo que tal vez explique por qué, en una entrevista, declaró que era «un jugador de azar.»

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