En El País de ayer (25.12.2011) aparece un artículo sobre Paco Vallejo, de Juan Diego Quesada, con una espléndida foto de Tolo Ramón.
El titular lo dice todo, o casi todo: «NO QUIERO SER EL NADAL DEL AJEDREZ».
El texto empieza así:
«La vida de Paco Vallejo cambió hace una década en la sección de libros de un duty free de aeropuerto. Le llamó la atención un libro titulado El Tao de la salud, el sexo y la larga vida. Escrito por Daniel Reed, se publicita como ‘un enfoque práctico y moderno de la antigua sabiduría’. (…) El manual causó una honda impresión en un chico adolescente, campeón del mundo juvenil de ajedrez, considerado desde los cinco años un niño prodigio, erudito en cálculos mentales, pero apenas iniciado en la vida cotidiana. Paco descubrió, a punto de coger un vuelo, un horizonte más allá de las 64 casillas del tablero.
El encuentro entre el joven ajedrecista y el libro de Reid supuso que el taoísmo ganase un adepto, pero cambió en parte la mentalidad de un chico llamado a estar entre los mejores del mundo (…) Sus prioridades cambiaron porque Paco cambió.»
No sé si puede llamarse adolescente a un hombre de 19 años (puesto que ahora tiene 29) . Creo que la edad del adulto se fija en torno a los 18 años.
Lo que sí me parece es que muchos libros son peligrosos y muchas mentes son inmaduras a los 30 o 40 años, lo mismo que otros chicos y chicas son perfectamente maduros a los 16 o 17.
En cualquier caso, y visto desde el prisma del ajedrez, me parece que el tao le ha hecho un flaco favor a un superdotado del ajedrez como Vallejo, y que él también se lo ha hecho a sí mismo. Lástima de estas revelaciones seudomísticas que cambian brutalmente tu horizonte.
Creo que hay algo mucho más profundo que la influencia de un libro, y que eso no sucede por casualidad. Todo está en el individuo y su entorno: hay componentes psicológicos, sociológicos y de integridad (o fragilidad) mental.
Espero no encontrarme cualquier día en un duty free con un maravilloso libro y descubrir, de golpe, que mi vocación oculta era convertirme en bailarín de ballet clásico, tipo El lago de los cisnes.
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Anonymous 18:59, enero 03, 2012
Yo pienso que eligió la felicidad a ser otra máquina del sistema.
Joaquín
Antonio Gude 10:16, enero 03, 2012
Anónimo, bis. Vallejo es un «grande». En la nueva lista Elo es el 36º del mundo y es el número uno de España, pero si en cualquier deporte individual (tenis, golf, etc.) eres el 36º del mundo, no te conoce nadie.
Antonio Gude 10:14, enero 03, 2012
Anónimo. Tú puedes ver lo que quieras, pero lo primero y elemental es identificarse para poder opinar cabalmente. Nadie pone en duda que Paco Vallejo sea un gran jugador (lo sigo desde que era un niño y conozco perfectamente toda su trayectoria, desde que trabajaba con Ochoa), pero él mismo declara no estar dispuesto a trabajar ni ambicionar nada, así que se descarta a sí mismo para las grandes metas y esto es incuestionable.
Anonymous 09:59, enero 03, 2012
Vallejo es un grande del ajedrez, eso no hay duda. Su nivel solo se consigue con mucho esfuerzo y dedicación. Aquí veo mucho jugador mediocre y envidioso …
Antonio Gude 13:49, diciembre 27, 2011
Javier. Creo que, a estas alturas, deberías saber que cuando escribo de ajedrez me ato muy bien los machos… He seguido a Paco Vallejo desde que era niño y no me guío por media página de periódico, tengo muchas referencias directas e indirectas de instructores suyos y profesionales, aunque haya sido el motivo de la entrada. Si alguien es un filósofo o un campesino o un mediocre absoluto, tiene perfecto derecho a orientar su vida como le dé la gana, pero si es un superdotado que se gana la vida jugando al ajedrez, está obligado a mostrar cierto espíritu competitivo, cierta ambición, porque lo suyo es, precisametne, la ‘competición’. En su caso, el atractivo de ciertas filosofías orientales parecen justificar su indolencia natural: eso es bueno para cultivar jardines e ingresar en un monasterio. No puede actuar así, sencillamente.
Anonymous 12:43, diciembre 27, 2011
Antonio, creo que en este caso valoras la opinión (subjetiva, como todas las opiniones) del periodista sobre una afirmación de Paco que yo definiría de realista. Paco lleva muchos años en esto y sabe que no puede ser el número uno pero sí estar ahí entre los 15-30 primeros muchos años. Con ello le basta para vivir más que dignamente, yo diría que para vivir bastante bien en varios aspectos que todos firmaríamos: ganar dinero de sobra para vivir bien, trabajar en lo que amas y conocer prácticamente todo el mundo a lo largo de tu vida. No creo que esté nada mal… y no por ello tiene que ser Kasparov porque, entre otras cosas, sabe que no lo puede ser. Más o menos como la mayoría de nosotros.
Buen 2012, un abrazo
Javier Rodríguez
Anonymous 06:50, diciembre 27, 2011
jairo eres un buen copia – pega. por lo menos podrias decir que lo copiaste en la vanguardia a una tal margarita puig, que fue quien puso esas palabras en ese orden y las escribio en la pantalla del ordenador jeje
Anonymous 06:42, diciembre 27, 2011
yo conozco a vallejo y se de sobra que es muy vago y poco serio. eso si tiene talento pero el ser un tirado de la vida no se lo quita nadie. ojo asi habemos muchos entre los que me incluyo
Vi Tzu 20:51, diciembre 26, 2011
Para llegar a lo más alto no vale con el talento, también hay que sacrificarse y desearlo por encima de (casi) todo, y parece que Vallejo no estaba dispuesto a hacerlo.
Tampoco le ha ido nada mal aunque, evidentemente, podría haber llegado más lejos. Un saludo.
Victor
Felipe 14:51, diciembre 26, 2011
Qué peculiar Vallejo, no se si tuvo demasiado valor o fue demasiado tonto… De cualquier forma una pena que se haya perdido coo ajedrecista, espero que le resulte provechosa su nueva meta con el TAO o lo que sea.
Antonio Gude 13:52, diciembre 26, 2011
Anónimo. En todo caso, yo puliría esa conclusión tuya: «si quieres arruinarle la carrera a un ajedrecista inmaduro de talento, pon libros seductores en los ‘duty free’ de los aeropuertos.»
Antonio Gude 13:50, diciembre 26, 2011
Anónimo. Disiento. El Tao no tiene la culpa de nada (como no la tienen todas las religiones que predican la Verdad). Es misión del ser humano, del individuo, aprender a discernir, y si no lo ve así, es un ser humano incompleto: la responsabilidad es exclusivamente suya. todo el mundo tiene derecho a manifestarse, pero sólo nosotros elegimos qué nos gusta, qué creemos y qué no.
Anonymous 13:48, diciembre 26, 2011
«Si quieres arruinarle la vida a una persona, enséñale Ajedrez». Pero si quieres arruinarle la carrera a un ajedrecista, enséñale el Tao.
Antonio Gude 13:46, diciembre 26, 2011
Jairo. Muy interesantes tus aportaciones. Gracias una vez más. Me gusta en particular la reflexión de Daniel Bilbao. Siempre he sido un fan de los libros y no he creído mucho en el «peligro» que puedan suponer, pero no podemos ignorar que la cultura (tanto occidental como oriental) conoce listas de libros «prohibidos» por suponer un peligro a determinadas religiones. Esta cuestión es más compleja, porque implica el posible peligro que pueda suponer un libro que fascine a una mente inmadura. De repente, cualquier libro que se presente con una visión profética e iluminada del universo (sobre todo si está bien escrito) puede suponer un riesgo para un joven poco formado. Yo no censuraría los libros, pero trataría de inculcar el máximo de formación intelectual a los jóvenes… En fin, no pretendo ser convincente y, en el caso de Vallejo, me pregunto cuántos libros sobre filosofía o ‘nuevas visiones del universo’ ha leído en su vida: ese es el peligro. Sabemos de sobra que los comics de Superman causaron estragos en EEUU y muchos chicos trataron de volar…
Anonymous 13:46, diciembre 26, 2011
Para ser Nadal hay que tener muchos huevos y si el primer libro de cuarta te va apartar del camino es que ese no era tu camino.
Anonymous 13:23, diciembre 26, 2011
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“Suscitó Daniel Bilbao un asunto que los muy aficionados a los libros olvidamos, o intentamos eludir: que hay libros que pueden hacer daño, y que habría sido mejor que no leyéramos, o que no se leen a la edad adecuada, o que siembran en quien los lee una arrogancia hostil a la vida, un espejismo tóxico de lucidez. Yo leí los diarios de Cesare Pavese, “El oficio de vivir”, en una época muy difícil de mi vida, y recuerdo que me hicieron daño, como hace daño una bebida que se toma en exceso, como envenena el tabaco. Y cuando era joven conocí a algunas de esas personas demasiados inteligentes que proyectan un brillo frío sobre los demás, que hipnotizan como brujos y manipulan impúdicamente bajo una apariencia de brillantez desinteresada. Digo que conocí a gente así cuando era joven porque de mayor he aprendido a eludirlos, igual que he aprendido a desconfiar de la agudeza, de las ideas abstractas. A, quienes son muy lectores de filosofía, les digo siempre que lean más novelas, que desconfíen un poco de cualquier idea que les parezca deslumbrante. La realidad: las personas, siempre son más imperfectas, más limitadas, y está bien que sea así. Es muy fácil predicar la exasperación o el nihilismo o el crimen y luego quedarse al margen: tirar la piedra y esconder la mano, ejercer con cinismo la seducción de la brillantez o el estilo, de la vacuidad disimulada bajo el hermetismo. En su novela “Volver al mundo” José Angel González Sainz escribió sobre esa clase de gente. Algunos de los peores infiernos sobre la tierra los han fundado individuos con alta preparación intelectual: les gustaban tanto sus propias ideas que estaban dispuestos a sacrificar en nombre de ellas a tantos miles o millones de personas como fuera necesario” A. M. M.
Jairo
Anonymous 13:21, diciembre 26, 2011
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“Robert Saladrigas está convencido de que hay lecturas que pueden cambiarle la vida a uno (aunque especifica: “De la misma manera que hay libros que han marcado mi vida en positivo, también lo han hecho películas como Gertrud, de Dreyer… O piezas musicales, como los cuartetos de Beethoven o algunos conciertos de Mozart, por poner algunos ejemplos. ¿Por qué no iban a hacerlo?”) y también obras que son capaces de darle un vuelco a la literatura. Es el caso de Ulises, de Joyce. En su opinión este libro “a través de la manipulación del lenguaje agota la llamada gran novela burguesa del siglo XIX y deja abiertos los resquicios por los que se cuela la literatura del XX”.
¿Más ejemplos? Los da el también crítico literario Jordi Llovet: “Los trovadores” cambiaron el curso de la poesía amorosa e influyeron en los que vinieron después de ellos: desde el gran Petrarca hasta Antonio Gala. El Quijote marcó el curso de la historia de la novela. Flaubert, en general, hizo que, antes y después de él, quedaran en ridículo los escritores que no dominaban el lenguaje: como Balzac, antes que él, y como Herman Hesse, en el siglo XX. Borges marcó para mal toda la literatura argentina posterior a él”.
Saladrigas duda de si en verdad las palabras escritas pueden encerrar un poder extraordinario más allá del ámbito personal: “Es algo difícil de explicar. En principio, la poesía es el género literario más depurado y menos leído. Sin embargo, los tiranos suelen encarcelar a los poetas. Se sienten amenazados por sus armas que sólo son palabras. ¿No es paradójico? Y maravilloso, claro está”. Y Llovet, por su parte, cree que “sólo tres libros han cambiado el curso de la historia: la Biblia, el Corpus Iuris romano y el Manifiesto comunista, de Karl Marx. La Ilíada y La Odisea no cambiaron ningún curso histórico, pero permitieron consolidar la fastuosa civilización de Grecia; Virgilio ya no consiguió lo mismo con su Eneida, ni Dante con su Comedia”.
Queda clara la naturaleza íntima y personal de la experiencia de la lectura. Y a pesar de ello, una serie de creadores de los diversos ámbitos se han atrevido a desvelar cuál fue el libro que mayor efecto les causó. Y sí, salen Proust y Homero, pero no todos escogen de entre la lista de los considerados top. También hay lugar para lecturas decisivas y contundentes, y probablemente concienzudas, pero más freakies como la elección de Sergi Pàmies: una guía telefónica de Berlín, donde conviven nombres tan literarios como Margot Friebe o Gerda Bassenga”.
Jairo
Anonymous 13:17, diciembre 26, 2011
es mu bonito eso del tao (la filosofia no la religion que es mas o menos medieval)hablaba de sostenibilidad , del lado femenino y masculino mas que del bien y del mal ,del equilibrio etc…pero lo que mas me llamo la atencion con 18 años fue la increible vida sexual de los taoistas, le puse empeño pero jamas logre una eyaculacion «hacia dentro» que prometian ,con un sinfin de consecuencias maravillosas, creo que fue por no centrarme mucho en la teoria e ir mas a la practica…aun asi debo decir que estubo muy bien aquella epoca
elez
Pau 11:31, diciembre 26, 2011
Ahora tendre má cuidado en la libreria, no vaya a ser que haya un libro que diga que hacerse maricon es lo más y mañana tenga un pequeño dolor en el culo. Me cago en la leche con el libro del Tao.